Envejecimiento
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Item Dependencia funcional y su relación con la mortalidad general en adultos mayores. México: 2001-2015(Población y Salud en Mesoamérica, Volumen 15, número 2 (enero-junio 2018), 2018) Lozano Keymolen, Daniel; Montoya Arce, Bernardino Jaciel; Robles Linares, Sergio Cuauhtémoc Gaxiola; Román Sánchez, Yuliana GabrielaObjetivo: El objetivo de este artículo es estimar las probabilidades de transición entre los diversos grados de dependencia funcional, así como la capacidad predictiva de dicha dependencia para la mortalidad general de hombres y mujeres de 65 años y más residentes en México. Métodos: Mediante probabilidades se calculan transiciones entre diversos grados de dependencia funcional y, con modelos de riesgos proporcionales de Cox, se estiman los riesgos relativos de mortalidad. Resultados: Los resultados indican que las mujeres tienen mayores probabilidades de transitar de dependencia funcional ligera a moderada o severa que los hombres. Así mismo, las mujeres y los hombres con dependencia funcional severa, evaluada en la línea basal, tienen mayores riesgos relativos de mortalidad que los riesgos de mortalidad de los individuos sin dependencia funcional. Conclusión: Existen diferencias en las probabilidades de transición a la dependencia funcional, destacando que las mujeres muestran mayores probabilidades de transitar a mayores grados de restricciones físicas que los hombres. En este sentido, tener limitaciones físicas en el desarrollo de actividades básicas de la vida diaria incrementa los riesgos de mortalidad entre personas adultas mayores mexicanasItem Estimación de la mortalidad adulta en seis parroquias del Valle Central de Costa Rica (1888-1910) a partir de la información sobre orfandad(Notas de Población, No. 37, 1985) Jaspers Faijer, Dirk; Pérez Brignoli, HéctorSe presenta una aplicación del método de orfandad para la estimación de la mortalidad adulta, con base en información obtenida, para el período 1888-1910, de novios y novias de seis parroquias del Valle Central de Costa Rica. Mediante el uso de la técnica de Brass para estimar la mortalidad adulta, e interpolando las probabilidades de sobrevivir a la edad 25 de las tablas de Coale-Demeny, se obtiene una esperanza de vida para 25 años para las mujeres y de 40 para los hombres. En el análisis de la mortalidad según regiones (una de reciente colonización y la o tra de más temprano poblamiento) no se encontraron diferencias significativas, como tampoco aparecieron dentro de los dos subperíodos considerados (antes y después del año 1900). Lo mismo sucedió al analizar las diferencias socio-ocupacionales (jornaleros y agricultores). La mortalidad adulta resultó estar por bajo lo espera do, hecho sobre el cual se presentan algunas posibles explicaciones,Item Análisis comparativo de la morbi - mortalidad del adulto mayor en Costa Rica durante el período 1970-1998(Tesis (Maestría)--Universidad de Costa Rica, Escuela de Estadística, 2000) Guzmán Rojas, Isabel AliciaEn este trabajo se investigó, entre otros asuntos, la transición de la mortalidad según causas en la población de Costa Rica durante las últimas tres décadas; haciendo énfasis en la población de adultos mayores (60 años ó más). Dicha transición comprende el comportamiento del nivel de mortalidad general, las diferencias en las principales causas de muerte según grupos de edad y la transición epidemiológica que, durante el periodo de estudio, han experimentado las causas de muerte en la población adultos mayores; estos son algunos de los aspectos fundamentales en el análisis de la morbi-mortalidad de la población de interés. Se observó una tendencia a la disminución (durante un periodo de 50 años) en el nivel de mortalidad general en la población del país, lo cual puede ser atribuido en gran medida a los avances científicos y tecnológicos, mayor oportunidad de educación para los individuos, mayor accesibilidad a los servicios de salud (programas de promoción y prevención de la salud, incremento de las campañas de vacunación, de planificación familiar), mejoras en la infraestructura (en los medios de comunicación y en los servicios básicos: agua potable, electricidad, alcantarillado pluvial y sanitario, recolección de basura). Los patrones de mortalidad según causas para la población menor de 60 años difieren, en términos generales, de los del grupo de edad de 60 años y más. Sin embargo, se observó que desde mediados de los años 1980, las enfermedades del sistema circulatorio y los tumores aparecen, llegando a ubicarse entre las cinco principales causas de muerte en la población joven de Costa Rica. El país ha venido experimentando un cambio en la estructura por edad de la población en las últimas tres décadas. Pasando de tener una población expansiva en 1950 y 1960 a una población constrictiva a partir de 1973. Dentro de las principales causas de muerte para el grupo de interés se concentran las enfermedades del aparato circulatorio, el cáncer, las enfermedades del aparato respiratorio, las cuales mantuvieron ese orden de aparición durante el período 1970 - 1998, para ambos sexos, la cuarta causa varía durante el período, pero para finales de éste las enfermedades digestivas ocuparon este puesto. En el caso de las enfermedades circulatorias las principales patologías que conforman este grupo (con Tasas Especificas de Mortalidad - TEM- más altas), se tienen la isquemia y la hipertensión que siguen una tendencia de incremento, caso contrario ocurre para el accidente cerebrovascular, esto referido tanto para los hombres como para las mujeres de este grupo de edad. Referente al cáncer, el gástrico tiende a disminuir, tanto para hombres como para mujeres, en el caso particular de los hombres tanto el cáncer de pulmón como de próstata se incrementan, tendencia que se repite para el caso de las mujeres con el cáncer de mama y el digestivo. En lo concerniente a las enfermedades del aparato respiratorio la neumonía y la influenza siguen una tendencia hacia el incremento, esto tanto para hombres como para mujeres, caso contrario para la EPOC. Las enfermedades del aparato digestivo corresponden a la cuarta causa de muerte de la población de adultos mayores. Las principales patologías dentro de éste son la cirrosis, la enteritis no infecciosa y las úlceras que muestran una tendencia al incremento, excepto para la úlcera en el caso de las mujeres. En lo que respecta a la morbilidad se tiene que cuatro de las principales causas de enfermedad son similares a las causas de mortalidad, estas causas corresponden a las enfermedades del aparato circulatorio, respiratorio, digestivo y los tumores. Esto nos sugiere que existe una fuerte relación entre las enfermedades que afectan a la población de adultos mayores y las causas de defunción de dichos individuos. Algunos de los factores de riesgo modificables como: fumado, ingesta de bebidas alcohólicas, obesidad, consumo inadecuado (deficiente o excesivo) de ciertos alimentos, tensiones emocionales, inactividad física y exposición ocupacional (a sustancias nocivas para la salud) entre otros, están presentes simultáneamente en varias enfermedades, por tanto las medidas de acción deberán dirigirse a reducir o eliminar estos factores, de lograrse esto, se obtendrá un descenso simultaneo tanto en la morbilidad como en la mortalidad de las principales patologías.Item Surprising SES gradients in mortality, health, and biomarkers in a Latin American population of adults(Journal of Gerontology: Social Sciences 64B(1), 2009) Dow, William H.; Rosero Bixby, LuisBackground. To determine socioeconomic status (SES) gradients in the different dimensions of health among elderly Costa Ricans. Hypothesis: SES disparities in adult health are minimal in Costa Rican society. Methods. Data from the Costa Rican Study on Longevity and Healthy Aging study: 8,000 elderly Costa Ricans to determine mortality in the period 2000 – 2007 and a subsample of 3,000 to determine prevalence of several health conditions and biomarkers from anthropometry and blood and urine specimens. Results. The ultimate health indicator, mortality, as well as the metabolic syndrome, reveals that better educated and wealthier individuals are worse off. In contrast, quality of life – related measures such as functional and cognitive disabilities, physical frailty, and depression all clearly worsen with lower SES. Overall self-reprted health (SRH) also shows a strong positive SES gradient. Traditional cardiovascular risk factors such as diabetes and cholesterol are not signifi cantly related to SES, but hypertension and obesity are worse among high-SES individuals. Refl ecting mixed SES gradients in behaviors, smoking and lack of exercise are more common among low SES, but high calorie diets are more common among high SES. Conclusions. Negative modern behaviors among high-SES groups may be reversing cardiovascular risks across SES groups, hence reversing mortality risks. But negative SES gradients in healthy years of life persist.Item Predicting mortality with biomarkers : a population-based prospective cohort study for elderly Costa Ricans(Population Health Metrics 10(1), 2012) Rosero Bixby, Luis; Dow, William H.Background: Little is known about adult health and mortality relationships outside high-income nations, partly because few datasets have contained biomarker data in representative populations. Our objective is to determine the prognostic value of biomarkers with respect to total and cardiovascular mortality in an elderly population of a middle-income country, as well as the extent to which they mediate the effects of age and sex on mortality. Methods: This is a prospective population-based study in a nationally representative sample of elderly Costa Ricans. Baseline interviews occurred mostly in 2005 and mortality follow-up went through December 2010. Sample size after excluding observations with missing values: 2,313 individuals and 564 deaths. Main outcome: prospective death rate ratios for 22 baseline biomarkers, which were estimated with hazard regression models. Results: Biomarkers significantly predict future death above and beyond demographic and self-reprted health conditions. The studied biomarkers account for almost half of the effect of age on mortality. However, the sex gap in mortality became several times wider after controlling for biomarkers. The most powerful predictors were simple physical tests: handgrip strength, pulmonary peak flow, and walking speed. Three blood tests also predicted prospective mortality: C-reactive protein (CRP), glycated hemoglobin (HbA1c), and dehydroepiandrosterone sulfate (DHEAS). Strikingly, high blood pressure (BP) and high total cholesterol showed little or no predictive power. Anthropometric measures also failed to show significant mortality effects. Conclusions: This study adds to the growing evidence that blood markers for CRP, HbA1c, and DHEAS, along with organ-specific functional reserve indicators (handgrip, walking speed, and pulmonary peak flow), are valuable tools for identifying vulnerable elderly. The results also highlight the need to better understand an anomaly noted previously in other settings: despite the continued medical focus on drugs for BP and cholesterol, high levels of BP and cholesterol have little predictive value of mortality in this elderly population.Item Long-term association of economic inequality and mortality in adult Costa Ricans(Social Science & Medicine; Volumen 74, Número 2, 2012) Modrek, Sepideh; Dow, William H.; Rosero Bixby, LuisDespite the large number of studies, mostly in developed economies, there is limited consensus on the health effects of inequality. Recently a related literature has examined the relationship between relative deprivation and health as a mechanism to explain the economic inequality and health relationship. This study evaluates the relationship between mortality and economic inequality, as measured by area-level Gini coefficients, as well as the relationship between mortality and relative deprivation, in the context of a middle-income country, Costa Rica. We followed a nationally representative prospective cohort of approximately 16,000 individuals aged 30 and over who were randomly selected from the 1984 census. These individuals were then linked to the Costa Rican National Death Registry until Dec. 31, 2007. Hazard models were used to estimate the relative risk of mortality for all-cause and cardiovascular disease mortality for two indicators: canton-level income inequality and relative deprivation based on asset ownership. Results indicate that there was an unexpectedly negative association between canton income inequality and mortality, but the relationship is not robust to the inclusion of canton fixed-effects. In contrast, we find a positive association between relative deprivation and mortality, which is robust to the inclusion of canton fixed-effects. Taken together, these results suggest that deprivation relative to those higher in a hierarchy is more detrimental to health than the overall dispersion of the hierarchy itself, within the Costa Rican context.Item Self-reported versus performance-based measures of physical function: prognostic value for survival(Demographic Research; Volumen 30, Número 7, 2014) Glei, Dana; Rosero Bixby, Luis; Chiou, Shu-Ti; Weinstein, Maxine; Goldman, NoreenBackground: Although previous studies have indicated that performance assessments strongly predict future survival, few have evaluated the incremental value in the presence of controls for self-reprted activity and mobility limitations. Objective: We assess and compare the added value of four tests -- walking speed, chair stands, grip strength, and peak expiratory flow (PEF) -- for predicting all-cause mortality. Methods: Using population-based samples of older adults in Costa Rica (n = 2290, aged 60+) and Taiwan (n = 1219, aged 53+), we estimate proportional hazards models of mortality for an approximate five-year period. Receiver Operator Characteristic (ROC) curves are used to assess the prognostic value of each performance assessment. Results: Self-reprted measures of physical limitations contribute substantial gains in mortality prediction, whereas performance-based assessments yield modest incremental gains. PEF provides the greatest added value, followed by grip strength. Our results suggest that including more than two performance assessments may provide little improvement in mortality prediction. Conclusions: PEF and grip strength are often simpler to administer in home interview settings, impose less of a burden on some respondents, and, in the presence of self-reprted limitations, appear to be better predictors of mortality than do walking speed or chair stands. Comments: Being unable to perform the test is often a strong predictor of mortality, but these indicators are not well-defined. Exclusion rates vary by the specific task and are likely to depend on the underlying demographic, health, social and cultural characteristics of the sample.